A veces hay verduras u hortalizas que se resisten a grandes y pequeños. Yo soy muy fan del brócoli y la coliflor, por ejemplo, cocida y con un poquito de AOVE y puntito de sal y más feliz que un carnaval (dadas las fechas), pero entiendo que no a todos les pasa como a mi… así que muchas veces me veo «obligada» a camuflarla y poquito, ponerles un bonito y atractivo vestido y poner a la coliflor a pasear sobre los platos. 😉
Ingredientes:
1/2 Coliflor.
1-2 huevos.
Harina.
Aceite de oliva virgen.
Sal.
**cucharadita levadura y chorrito de leche**
Elaboración:
Poner una olla con agua a hervir con un poco de sal y chorrito de aceite, suficiente para cocer la coliflor.
Separar los ramitos de la coliflor, lavarlos y escurrir bien.
Cuando el agua rompa a hervir, añadir la coliflor y cocer durante unos 7-8 minutos, controlando el tiempo según el tamaño de los ramitos de coliflor, pensad que la idea es que esté cocida pero no excesivamente tierna. Como dice mi madre, que quede «enterita» 😀
Cuando esté lista, poner a escurrir que no quede nada de agua.
Rebozar los ramilletes bien escurridos (pasarlos por harina y huevo) aunque también podéis mezclar el huevo con la harina y la cucharadita de levadura con un chorrito de leche y hacer una mezcla y pasarlo por esa masa… como queráis.
Una vez que el aceite esté bien caliente, freír lo justo para dorar (recordamos que ya está cocida) y al sacar, poner sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
La podéis servir como primer plato o como acompañamiento, sola, o en fondo de crema de pimientos de piquillo o en salsa de pescado o de marisco… RICA en todas sus formas.